El Archivo General e Histórico de la Universidad Nacional de Córdoba
Pasado y Presente
El Archivo de la UNC fue creado por los jesuitas, fundadores del Colegio Máximo, que en 1621 se convirtió en Universidad particular. El mismo aparece mencionado en las Constituciones dictadas por Andrés Rada, en 1664.
“Habrá en ella [la Universidad] un Archivo, en que se guarden las Bulas, Cédulas Reales y Provisiones tocantes a la dicha Universidad. Item los libros en que se escriben las Constituciones de esta Universidad; los Grados y testimonios de ellos, las fórmulas de los títulos para que a todos se den por un tenor. Item donde se guarden los votos y promesas que hacen los doctorandos; y donde se escriban las matrículas y pruebas de cursos. Y también otro libro, en que se ponga un tanto de las lecciones y prefaciones de Actos, lecciones de renovaciones de estudios y otras declamaciones oratorias y cualquier obra de éstas en prosa o verso que fuere digna de memoria a juicio del Padre Rector o Padre Cancelario”.
En 1767, y con motivo de la expulsión de los jesuitas, se dispuso el traslado de los documentos a Buenos Aires, y quedaron bajo al custodia de la Junta de Temporalidades.
Por ese entonces, Francisco de Paula Bucareli- encargado de la deportación de los jesuitas y de la incautación de sus bienes en el Río de la Plata-, mandó guardar “el mayor cuidado en la aprensión de los papeles, tanto por los intereses temporales como para penetrar los misterios ocultos de su gobierno”. Y dispuso también su conducción al fuerte de Buenos Aires, donde quedaron “en unos cajones cerrados y abiertos sobre ellos, sueltos algunos, otros en estantes y arcas y otros en el suelo”, según el acuerdo de la Junta Superior Provincial de Temporalidades de Buenos Aires, del 25 de septiembre de 1770.
Sin embargo, a los pocos años, los franciscanos, que quedaron a cargo de la Universidad, gestionaron el reintegro de los documentos, y fue así como algunos de ellos regresaron al archivo, salvo los libros contables.
Las Constituciones de San Alberto de 1784, también incluyeron disposiciones sobre el archivo, disponiendo que debía hacerse un inventario y que el Secretario estaría a cargo del mismo.
Años más tarde y en plena época de la Universidad provincializada una nueva constitución dispuso que el rector debía disponer que se ordenara el archivo, se identificaran y conservaran los documentos de importancia y se descartaran los demás. Asimismo, señalaba que el archivo permanecería en la sala del Claustro, de donde no podía extraerse ningún documento sin permiso del Rector.
Este control sobre el acceso a los documentos del archivo continuó en tiempos de la nacionalización de la Universidad.
Sucesivos estatutos dictados a lo largo del siglo XIX y las primeras décadas del XX confirmaron esta política, como también la órbita institucional de dependencia: primero el Secretario y luego, el Pro Secretario de la UNC.
En la actualidad esta unidad de información depende del Rectorado, y específicamente, de Secretaría General (Resolución Rectoral N° 477/72).
El Archivo General e Histórico constituye una unidad de apoyo académico-administrativo, que custodia la documentación universitaria y tiene como función reunir, organizar y preservar el patrimonio documental de la Universidad pública.